Jorge se inspiró en su padre Rodrigo Lara Bonilla, quien fue ministro de Justicia de Colombia en 1983, momento en que le declaró la guerra a los carteles de la droga, especialmente al de Medellín y, sobre todo, a sus aliados en los sectores políticos y empresariales del país. De hecho, Lara Bonilla fue la primera figura política en denunciar públicamente las actividades ilícitas de Pablo Escobar, en ese entonces, Representante a la Cámara, ordenando la redada a “Tranquilandia”, el complejo de laboratorios de procesamiento de cocaína más grande jamás encontrado. Frente a las múltiples denuncias contra Escobar, Lara Bonilla pidió su renuncia como congresista, emprendiendo una batalla que le costaría la vida.


Por todo esto, Rodrigo Lara Bonilla fue asesinado el 30 de abril de 1984, lo cual generó un gran impacto, pues nunca se había asesinado a un ministro en ejercicio. A pesar de esta lamentable muerte, su impacto perdura, pues, con su pensamiento profundamente ético, quedó un legado indiscutible para la sociedad, que es también un ejemplo para las generaciones actuales y venideras, ya que su visión de la democracia se fundaba en el respeto de lo social, la reivindicación de las poblaciones oprimidas, la lucha contra la desigualdad social y el combate a la delincuencia.
Con esto sobre la mesa, reafirmamos nuestra creencia de que los sueños, caminos y las acciones que Jorge Andrés Lara Restrepo, siguiendo el legado de su padre, valen la pena, reconociendo la importancia de actuar con urgencia y preocupación en la construcción de un presente y futuro digno para nuestro país.